jueves, 4 de octubre de 2007

Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América


“Consideramos evidentes por sí mismas las siguientes verdades: todos los hombres han sido creados iguales; el creador les ha concedido ciertos derechos inalienables; entre esos derechos se cuentan: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Los gobiernos son establecidos entre los hombres para garantizar esos derechos y su justo poder emana del consentimiento de los gobernados. Cada vez que una forma de gobierno se convierte en destructora de ese fin, el pueblo tiene derecho a cambiarla o suprimirla, y a elegir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y organizar sus poderes en la forma que a su juicio sea la más adecuada para alcanzar la seguridad y la felicidad. (...).



Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones , dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, tiene el pueblo el derecho, tiene el deber de derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantías para su futura seguridad (...).Nosotros, los representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso general (...) en el nombre y por autoridad del pueblo, solemnemente publicamos y declaramos que estas colonias son y de derecho deben ser Estados Libres e Independientes; que se consideran libres de toda unión con la Corona británica.”



Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. Jefferson, 1776.
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El Imperialismo Americano



“Los Estados Unidos no buscan anexiones territoriales, aunque el resultado final pueda ser equivalente. La originalidad del imperialismo americano consiste precisamente en sustituir los procedimientos de conquista por una forma de actuación más sutil: la diplomacia del dólar. Los Estados Unidos tratan de establecer, en los pequeños Estados americanos, su influencia financiera.



El tesoro o la banca conceden préstamos a los gobiernos de dichos Estados para ayudarlas a organizar una administración, a restablecer una moneda estable o a realizar obras públicas que sean de utilidad para la vida económica. Los capitalistas hacen inversiones en los negocios privados. En estas repúblicas donde los disturbios internos son casi constantes, el pago de los intereses de la deuda pública y la seguridad de las inversiones no tardan mucho en verse comprometidas. Entonces el gobierno de Washington interviene para proteger los intereses de los prestamistas.


Pero no se detiene ahí. Aprovecha estos disturbios para intervenir en la política interior de las repúblicas, bien sea a través de la concesión o la negativa de créditos, bien por la presión diplomática, o incluso por las armas. Cuando uno de esos gobiernos se ve amenazado por una insurrección, los Estados Unidos pueden conseguir fácilmente que fracase o sea un éxito el motín, pues para detener la rebelión, no tienen más que advertir a los cabecillas de que en caso de que lleguen al poder, no podrán contar con la concesión de créditos. De hecho, si los Estados Unidos están satisfechos del gobierno en vigor, lo protegen; si ese gobierno no es dócil, lo abandonan a su suerte."

Pierre Renouvin. La crisis europea y la Primera Guerra Mundial (1904-1918).

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martes, 2 de octubre de 2007

CAUSAS DEL IMPERIALISMO


Fenómeno de gran complejidad, son múltiples las causas o factores que lo propiciaron:

Causas demográficas

En el período comprendido entre 1850 y 1900 la población europea pasó de 300 a 450 millones de almas. Las penosas condiciones de vida de la clase trabajadora en los países industrializados animó a muchos a buscar mejores perspectivas de vida en los territorios que iban ocupándose.

Este incremento demográfico también afectó a potencias asiáticas como Japón y continuó en progresión hasta 1914. Parte de esa población fue absorbida por los territorios coloniales a través de una constante inmigración que en ocasiones alteró sustancialmente la composición étnica de extensas áreas.

Los avances médicos, como el uso de la quinina, contribuyeron en gran medida a estas migraciones, ya que permitieron combatir con éxito enfermedades endémicas como el cólera, tifus o el paludismo que hasta entonces habían hecho inhabitables para el hombre blanco extensos territorios.


Causas económicas

Fueron fruto de la expansión del capitalismo industrial y se fundamentaron en:
La búsqueda de nuevos territorios donde invertir el exceso de capitales acumulados. Éstos encontraron una productiva salida en forma de créditos otorgados a las minorías indígenas colaboradoras con la metrópoli, pero fundamentalmente en la financiación de infraestructuras tales como ferrocarriles, puertos o grandes obras de ingeniería (canal de Suez, Canal de Panamá, etc.).

  • La exploración y conquista de zonas donde conseguir materias primas y energéticas abundantes y baratas. A las colonias se les asignó el papel de abastecer a las industrias metropolitanas.

  • El control de espacios donde establecer mercados que asegurasen en régimen de monopolio la colocación de los productos industriales.

  • La utilización de una mano de obra no cualificada pero barata y dócil (en ocasiones esclava), que redujo los costes de extracción de las materias primas y contribuyó al éxito de la agricultura de plantación.

Causas políticas

En el último tercio del siglo XIX el nacionalismo que en sus inicios había ido relacionado co el liberalismo y el romanticismo se transformó en un movimiento conservador y en componente del imperialismo.

Los estados adoptaron una política de prestigio en un intento de atraerse a sus respectivas masas populares y desarrollaron una acción diplomática dirigida por fuertes personalidades (Bismarck, Chamberlain, Jules Ferry, Leopoldo de Bélgica, Cecil Rhodes, etc.) quienes, apoyadas en gran medida por la prensa y otros medios, propugnaron desde una postura chovinista la formación y consolidación de extensos dominios coloniales.


Además las potencias ambicionaban conseguir la hegemonía en sus respectivas áreas de influencia mediante el control comercial y militar de las rutas marítimas y terrestres.

Al tiempo intentaban evitar que sus competidores triunfasen en empresas similares, originando con ello tensiones y conflictos que preludiaron Primera Guerra Mundial.


Causas científicas y técnicas

A lo largo del siglo XIX se irá completando el proceso de exploración del planeta iniciado en el siglo XV. Muestra de ello lo constituyó el fomento de estudios geográficos, geofísicos y geológicos. Desde mediados de siglo una serie de autores (Julio Verne, Kipling, Jack London, etc.) alentaron la curiosidad y la aventura a través de obras que evocaban ambientes envueltos en un halo de misterio, difundidas a través de publicaciones periodísticas o literarias repletas de atractivas ilustraciones.

Las sociedades geográficas alcanzaron una enorme importancia y contibuyeron a propagar esas sensaciones mediante conferencias y congresos, así como de la organización de expediciones de carácter antropológico y biológico que, en todo caso, sirvieron para abrir rutas de carácter militar o económico.

Se exploraron los grandes ríos africanos como el Nilo, Níger, Congo o Zambeze, llevadas a cabo por periodistas (Stanley), misioneros (Livingstone) o aventureros (De Brazza).

El darwinismo, con sus presupuestos sobre la evolución de las especies, se extrapoló a lo social con el fin de justificar el predominio de los más aptos (los blancos) sobre los menos aptos frente al medio.

La superioridad técnica se hizo abrumadora en el aspecto militar (armas de fuego, medios de transporte masivos y rápidos, etc.) lo que otorgó una ventaja a los conquistadores que enjugó su inferioridad numérica frente a los dominados.


Causas ideológicas

Desde posiciones nacionalistas y chovinistas se desarrollaron teorías racistas que justificaban e impulsaban la expansión territorial, con o sin el consentimiento de los pueblos autóctonos.

En sus formas más moderadas el racismo se disfrazó en ocasiones de un paternalismo que sostenía la necesidad del hombre blanco de “sacar del atraso” a las poblaciones autóctonas a través de la instrucción y la educación.

En esa labor destacó la actividad misionera de las iglesias cristianas anglicana, católica y protestante, que causó gran impacto en las poblaciones indígenas cuya mentalidad era totalmente ajena a la occidental.

En todas esas posiciones subyacía una ideología de carácter etnocentrista que ensalzaba la cultura europea y occidental y descalificaba al resto, considerado bárbaro, salvaje y primitivo.

CONCEPTO

Colonialismo e imperialismo

Podríamos definir genéricamente el término imperialismo como la actitud, doctrina o actividad de quienes propugnan o practican la extensión del dominio de un estado sobre otro u otros por medio del empleo de la fuerza militar, económica o política.

Durante el último tercio del siglo XIX las potencias europeas y algunas extraeuropeas (USA y más tarde Japón) desarrollaron una política de expansión colonial acelerada que venía gestándose desde comienzos de siglo. Esta nueva fase del colonialismo denominada imperialismo tendía a la formación de grandes imperios y constituyó una constante fuente de conflictos que desembocaron en la 1ª Guerra Mundial.

Para algunos autores estos términos son sinónimos, otros ven sin embargo entre ellos una serie de diferencias:

El colonialismo
Suele aludir a las primeras fases de la expansión europea, durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Las metrópolis controlaban una serie de territorios que fueron explotados económicamente, estableciendose contactos con los pueblos autóctonos de la zona a los que les fueron impuestas sus estructuras y formas de vida. Existía el deseo de controlar rutas, lugares estratégicos y crear zonas de influencia, pero no estaba claramente definida la postura de conquista continua y sistematizada.

El imperialismo
A diferencia del anterior, tiene fuertes connotaciones nacionalistas: los estados que lo practicaron buscaban la conquista sistemática de la mayor cantidad de territorios con el fin de llegar a ser potencias de rango mundial. No pretendían tanto la transformación cultural de estas zonas como su control político, económico y militar. Este proceso adquirió nitidez en el último tercio del siglo XIX.

El tránsito del colonialismo tradicional al imperialismo

Se produjo en la 1ª mitad del siglo XIX y vino marcado por la crisis del antiguo colonialismo decantada en la pérdida de las colonias americanas de Gran Bretaña y España, la desaparición de las doctrinas económicas mercantilistas y la lucha por la abolición de la esclavitud.Por el contrario la expansión continuó durante la 2ª mitad del siglo, frutode la pretensión de conseguir nuevas áreas de influencia, alentada por la industrialización europea -ávida de nuevos mercados- y el desarrollo técnico y militar. Otros factores que contribuyeron a dicha expansión fueron las exploraciones geográficas y misioneras en busca de la extensión de la ciencia y el cristianismo respectivamente. En 1885, en la Conferencia de Berlín, las potencias acordaron el reparto sistemático del continente africano.